Como ocurre con todo lo demás, conocer el estado de las diferentes partes de tu cuerpo es el primer paso para cuidarlo. La piel no es diferente. Conocer tu tipo de piel es el comienzo para darle a tu piel el tratamiento adecuado para mantener un buen tono y condición de piel.
Tu
tipo de piel es una descripción general de cómo se siente y se comporta tu piel.
Los tipos más comunes de productos comerciales son pieles normales, grasas, secas y mixtas.
Otras categorías incluyen piel propensa a imperfecciones, sensible y dañada por el sol.
Por convenientes que sean estas categorías de tipos de piel para elegir productos, no es exactamente la mejor manera de conocer y comprender tu piel a un nivel que realmente te ayude. Este es quizás la razón por la cual, a pesar de que se han utilizado los productos "correctos" para tu tipo de piel designado, todavía experimenta sequedad, grasa, acné y otros problemas.