Como ocurre con todo lo demás, conocer el estado de las diferentes partes de tu cuerpo es el primer paso para cuidarlo. La piel no es diferente. Conocer tu tipo de piel es el comienzo para darle a tu piel el tratamiento adecuado para mantener un buen tono y condición de piel.
Tu tipo de piel es una descripción general de cómo se siente y se comporta tu piel.
Los tipos más comunes de productos comerciales son pieles normales, grasas, secas y mixtas.
Otras categorías incluyen piel propensa a imperfecciones, sensible y dañada por el sol.
Por convenientes que sean estas categorías de tipos de piel para elegir productos, no es exactamente la mejor manera de conocer y comprender tu piel a un nivel que realmente te ayude. Este es quizás la razón por la cual, a pesar de que se han utilizado los productos "correctos" para tu tipo de piel designado, todavía experimenta sequedad, grasa, acné y otros problemas.
¿Por qué esto es tan así? Primero que nada, debes recordar, como cualquier parte de tu cuerpo, tu piel es la misma en todas partes. Pasa por todo tipo de condiciones dependiendo de varios factores, algunos de los cuales incluyen sus genes, su estilo de vida y hábitos. Agrega a esto al hecho de que los problemas que estás experimentando pueden no ser simplemente el resultado de la falta de atención. Son casos en los que las enfermedades de la piel son las causas.
Entonces, de aquí en adelante, será bueno que olvides qué revistas de belleza, cosméticos, vendedores y esteticistas te informan sobre los cuatro tipos de piel. Ya es hora de que te vayas debajo de la superficie y saber realmente de qué se trata tu piel.
En primer lugar, conoce los factores que influyen en su tipo de piel. Esto puede ser complicado ya que casi siempre puede influir en tu piel y en la condición en la que se encuentra. Solo mirar y sentir tu cara no es suficiente para determinar tu tipo de piel.
Para obtener una evaluación eficaz de tu piel considera lo siguiente:
El primer lugar un conjunto de factores que afectan tu piel son los de tu propio cuerpo como las hormonas, los cambios provocados por el desarrollo de tu cuerpo influyen enormemente en tu piel.
En las mujeres, el ciclo menstrual puede provocar cambios drásticos en la piel. Lo mismo va en los períodos de embarazo y menopausia. Los hombres también están sujetos a estas influencias, especialmente en la etapa de la pubertad ya que las hormonas hacen que el cuerpo se desarrolle.
Sus genes también influyen en la propensión a adquirir una determinada afección cutánea que es característica del tipo de piel de tus padres. Sin embargo, como tu piel también está influenciada por diferentes factores y la de ellos pueden no ser necesariamente la misma.
Los estilos de vida y los hábitos también afectan tu piel y, si bien estos pueden parecer externos a tu cuerpo, la forma en que realizas tus actividades diarias, como la dieta, el ejercicio, los hábitos de fumar y beber influyen en tu cuerpo y, por lo tanto, también en tu piel.
Otras influencias que afectan tu piel se encuentran fuera de tu cuerpo, como el clima así como el régimen de cuidado de la piel de su elección. Los climas en diferentes zonas en donde pasas prolongados períodos de tiempo influyen en cómo reacciona tu cuerpo. Los climas fríos tienden a causar piel seca y descamación donde las áreas húmedas causan sudoración excesiva y producción de aceite.
Los productos para el cuidado de la piel que elijas también afectan la condición de tu piel. Usar cremas o humectantes que tienen demasiados emolientes harán que tu piel sea grasosa mientras que los limpiadores y exfoliantes dan como resultado una piel seca y sensible.
Ahora que sabe qué influye en tu piel, es hora de saber en qué condición se encuentra.
Tipos de piel en la cara
En primer lugar, no evalúes tu piel inmediatamente después de lavarte la cara. Esto es porque tu piel está reaccionando al agua y a los limpiadores que te has puesto. Espera de cuatro a cinco horas después de que te hayas lavado. Esto le dará a tu piel tiempo para recuperarse de la limpieza y le permitirá reanudar su actividad "normal". También trata de hacer esto en un día en el que no hayas usado maquillaje o ponerte cremas para poder hacer una evaluación más precisa.
Toma un pedazo de pañuelo facial y presiónalo en diferentes áreas de tu rostro. Sostén el pañuelo a contraluz y si se ven manchas, entonces tienes la piel grasa. Esta es la razón de por qué debes realizar esta evaluación cuando no estás usando maquillaje o humectantes ya que el aceite puede ser causado por estas sustancias.
Si el área general de tu cara parece seca, se siente tirante y se pueden ver parches o escamas en la piel entonces puede tratase de piel seca. Por otro lado, si observa que algunas áreas son tanto seca como grasa entonces tienes piel mixta.
Ahora que sabes el grado de grasa o sequedad que tiene tu piel en este momento, debes saber si tu piel está sufriendo algún tipo de enfermedad.
¿Hay áreas de enrojecimiento alrededor de la nariz y las mejillas con protuberancias rojas e imperfecciones? pero ¿no son las espinillas? ¿Ve líneas finas de capilares en la superficie que son sensibles a ¿el toque? Si es así, es posible que tenga rosácea. Manchas de piel irritada, seca, roja a blanca, escamosa y la piel con costras alrededor de la línea del cabello, la nariz, los ojos y las mejillas puede ser causada por un trastorno en la piel llamada psoriasis.
En ambos casos, deberás consultar con un dermatólogo.
Con estas evaluaciones, puedes desarrollar una rutina de cuidado de la piel más eficaz que te ayudará a mantener la salud de tu piel. Pero recuerda que tu tipo de piel no se mantendrá constante durante mucho tiempo incluso con la elección y el uso correctos de los productos. Como tu propio cuerpo sufre muchos cambios, tu tipo de piel también cambiará.
Recomiendo que te realices esta evaluación simple cada 4 a 6 meses.
Con la atención y el cuidado adecuados, puedes darle a tu piel el tratamiento adecuado cuando y cómo lo necesites, algo que es mucho más eficaz que cualquier crema reparadora o tratamiento elegante en una clínica.
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